lunes, 7 de septiembre de 2015

Control cultural DE PLAGAS

Control cultural
INTRODUCCION

Desde que el hombre se convirtió en agricultor se vio en la necesidad de combatir  las plagas que atacaban a sus cultivos, disminuyendo su cosecha y, por tanto, su fuente de alimentación. Manualmente se empezaron a eliminar los insectos de las plantas, realizando así el primer control de plagas de la historia. No obstante, paulatinamente comenzó a darse cuenta de la capacidad de determinados minerales para combatir esas mimas plagas. Así, por ejemplo, se tiene constancia del empleo de azufre como plaguicida desde 1000 años antes de Cristo

La historia de la lucha contra las plagas sigue evolucionando hoy en día y aparecen nuevas formas de control de plagas, como la protección integrada o la producción ecológica, que se verán más adelante en este mismo tema.

La introducción de una nueva práctica cultural, o la modificación a una práctica antigua, puede no tener un impacto inmediato en el complejo de plagas sino después de períodos relativamente prolongados, tiempo en el que se produce el ajuste de las poblaciones de los insectos y otros elementos del medio agrícola a las nuevas condiciones (Smith y Reynolds 1968).
Cualquier cambio que se proponga debe hacerse con cautela y solamente después de analizarlas razones por las que los agricultores locales han adoptado ciertas prácticas, ya que ellas normalmente se derivan de una larga experiencia con éxitos y fracasos







CONTROL CULTURAL
El control cultural consiste en la utilización de las prácticas agrícolas ordinarias, o algunas modificaciones de ellas, con el propósito de contribuir a prevenir los ataques de los insectos, hacer el ambiente menos favorable para su desarrollo, destruirlos, o disminuir sus daños. En general no se trata de medidas tomadas de improviso, ante la presencia de la plaga, sino que, por el contrario, normalmente responden a una planificación previa dentro del proceso normal de la producción agrícola e incluye medidas como: labores de preparación de tierras, métodos de siembra, selección de variedades, ejecución de cultivos y aporques, manejo del agua, y de los fertilizantes, oportunidades de cosecha, períodos de campo limpio, etc. La adecuada aplicación de las prácticas agrícolas con estos fines, requiere de conocimientos apropiados sobre la fisiología y fenología de las plantas cultivadas y de sus características agronómicas; de las modalidades de las prácticas agrícolas propiamente dichas; y naturalmente, un buen conocimiento de la biología de las plagas locales, su comportamiento y su ocurrencia estacional
Las labores culturales pueden orientarse fundamentalmente a la destrucción de las fuentes de infestación de las plagas; a la interrupción de sus ciclos de desarrollo; a la vigorización de las plantas para conferirles mayor tolerancia a los ataques; a formar condiciones microclimáticas desfavorables para el desarrollo de las plagas; a eludir las estaciones del año que resultan favorables para los insectos; y al empleo de plantas-trampa. También se suele considerar dentro del control cultural, la utilización de plantas resistentes o tolerantes a las plagas

se refiere al amplio grupo de técnicas u opciones de manejo que pueden ser manipuladas por productores agrícolas para lograr sus objetivos de producción de cultivos (Kennedy et al. 1975), son "manipulaciones del medio ambiente para mejorar la producción de cultivos." Por otra parte, "control cultural", es la alteración deliberada del sistema de producción, bien sea el sistema de producción en sí mismo o prácticas específicas de producción de cultivos, para reducir la población de plagas o evitar el daño de las plagas a los cultivos (Ashdown, 1977). Tomado de M. Kogan 1986.

Condiciones del control cultural.
1.        Optimizar el crecimiento de la planta.
2.      Se logra una mayor resistencia del cultivo contra las plagas y enfermedades prestando la debida atención a los factores de crecimiento como el clima, abonado, irrigación, pH, CE, etc.
3.      La mayoría de los cultivadores pueden controlar la mayoría de estos factores.
4.      Cuando uno de estos factores no es del todo óptimo, la planta muestra síntomas de estrés. Se vuelven más débiles y disminuye su resistencia, aumentando la vulnerabilidad del cultivo frente a las plagas y enfermedades. Si, por el contrario, el cultivo está sano, se deberán utilizar menos productos fitosanitarios químicos.
5.      Usar variedades resistentes o tolerantes donde y cuando sea apropiado.
6.      Cultivar las variedades susceptibles preferentemente en un periodo en el que el nivel de infección es bajo. Adelantando o atrasando el periodo de crecimiento puede ayudar a disminuir la infección de ciertas plagas.
7.       Evitar las elevadas densidades de plantación.
8.      Las elevadas densidades de plantación resultan en plantas débiles y delgadas, que son susceptibles a las plagas y enfermedades.
9.      Usar, en la medida de lo posible, material de plantación procedente del cultivo de tejidos. Esta es la base de un material de propagación libre de enfermedades.
10.   Usar, en la medida de lo posible, material de plantación procedente de viveros en los que se practique el MIP.
11.     Evitar que las plantas lleven demasiados frutos o flores o demasiado pocos. Las plantas cosechadas a intervalos irregulares se debilitan y son por lo tanto más vulnerables a los organismos nocivos.
12.    Aplicar el sistema de rotación de cultivos. Si se rotan cultivos que sufren las mismas plagas con cultivos que sufran otras plagas, el nivel de infección será relativamente bajo.
Preparación del suelo. Un suelo sano significa plantas sanas, que son relativamente más resistentes a las plagas. Un suelo rico en materia orgánica contiene un gran número de microorganismos benéficos que controlan a nematodos y enfermedades. Además, a través del volteo de la tierra se expone a algunas plagas del suelo al ambiente o a predadores, el terreno es nivelado y facilitado el manejo adecuado de agua.
El volteo del suelo favorece la germinación uniforme de las semillas y un buen enraizamiento de las plantitas.
Actualmente también hay la tendencia de una labranza mínima o labranza cero con el fin de evitar la perturbación del suelo y fortalecer los microorganismos, pero su incidencia sobre las plagas aún no está bien definida

Uso de semilla limpia. Una semilla limpia evita la proliferación de enfermedades e insectos nocivos. Buena semilla garantiza un crecimiento y desarrollo bueno desde un principio.

Elección de las variedades. Las variedades a sembrarse en cada ecosistema agrícola deberán ser variedades que han demostrado ser resistentes a plagas y/o enfermedades. Generalmente son variedades locales, autóctonas de la zona que son más rústicas y pueden soportar condiciones ambientales adversas mejor que los híbridos. También hay variedades mejoradas genéticamente con fines de sanidad vegetal. Se recomienda usar variedades adaptadas y aprobadas en la zona con relación a temperatura y suelo

Control de la densidad de la siembra. Algunos cultivos cuando son sembrados en mayor densidad pueden ser raleados y de esta manera mantenerlos niveles de producción

Aporque o calzado. Es la apilación de tierra alrededor de la base de las plantas, para evitar que las raíces se expongan a la intemperie y sean presa de algunas plagas (p.e. polilla de la papa Phthorimaea operculella o para cubrir hojas minadas por moscas minadoras de papa Liriomyza huidobrensis). En este caso la plaga no puede atacar al cuello de las planta, raíces o tubérculos

Manipulación de la fecha de siembra y cosechas oportunas. La elección de una fecha apropiada de siembra, y la realización en un corto período de tiempo, permite en algunos casos escapar a ciertas plagas. Este el caso de la siembra adelantada de algodonero para evitar ataques de arrebiatado. Adelantando o retrasando la siembra o cosecha de cultivos anuales se puede evitar un fuerte ataque de plagas, realizando las siembras en las épocas del año en que las plagas se encuentran ausentes, o sembrando de tal modo que el estado más susceptible del cultivo coincida con la época del año en que la plaga sea menos abundante. Una cosecha temprana puede impedir que la plaga se desarrolle completamente y muera, por lo que la temperatura y/o la humedad relativa es inapropiada para plagas o las plagas no pueden terminar a desarrollarse

Manejo de malezas
Dentro del cultivo
Las malezas causan molestias por competir con los cultivos por los recursos vitales, como agua, nutrientes y luz. Estas plantas albergan tanto insectos como patógenos que pueden convertirse en serios problemas para el cultivo.
Sin embargo, la estimulación selectiva de algunas malezas pueden generar beneficios en el control de ciertas plagas.
Actualmente se recomienda una destrucción selectiva de malezas, previa evaluación de cada caso.

En los bordes del cultivo
Muchas plagas insectiles, como también benéficos, pueden alimentarse y/o reproducirse en la vegetación que crece en los bordes de los campos, las que posteriormente infestarán al cultivo. Las plantas pueden ser reservorios para los enemigos naturales y refugios de la vida silvestre.

Periodos libres de cultivo. En algunas regiones es necesario dejar los campos libres por un determinado lapso, y de esta manera reducir plagas de cierta importancia económica que afectan el cultivo. Con este período libre se corta el ciclo de reproducción de las plagas

Destrucción de residuos y rastrojos / Campo limpio. Consiste en la destrucción total de plantas hospederas por un período relativamente prolongado, generalmente no menor de dos meses. Para que se tengan buenos resultados la medida debe observarse sobre un área extensa. P.ej. frutas dañadas por moscas de la fruta Ceratitis capitata y evitar el incremento de su población

Cultivos asociados o policultivos. El incremento de la biodiversidad en los agroecosistemas, facilita el incremento de organismos benéficos, además de mejorar en algunos casos la incorporación de nutrientes, como en el caso de leguminosas. En un monocultivo hay una mayor abundancia de hospederos, con lo que la plaga se propaga en gran cantidad. En cambio, en cultivos asociados la propagación de las plagas no es tan alta, por falta de alimento y por lo que es más difícil encontrar a la planta hospedera por el olor y la presencia visual del otro cultivo.
Algunos ejemplos son:
- Maíz intercalado con algodón favorece el desarrollo de enemigos, particularmente chinches predadores de huevos de Heliothis y otras plagas.
También se favorecen las avispitas Trichogramma y Apanteles.
- Maíz - frijol regula a Meloidogyne sp.
 Rotación de cultivos. Una de las prácticas culturales más antiguas y difundidas es la rotación de cultivos, cuyo principal objetivo es separar en el tiempo o espacio la plaga de sus hospederos.
Desde el punto de vista fitosanitario, este método consiste en alternar campañas con cultivos de diferentes familias botánicas que no sean atacados por las mismas plagas. Si un cultivo susceptible a una plaga es seguido por otro igualmente susceptible, se favorece el desarrollo de la plaga y sus daños se acentúan. Con esta práctica se interrumpe los ciclos de las plagas de un cultivo, que no son comunes a los otros cultivos en rotación y la plaga no se puede reproducir por falta de alimento

Plantas repelentes. Algunas plantas producen un olor fuerte y desagradable para insectos que los ahuyenta. Estas plantas asociadas con plantas atrayentes pueden reducir el ataque de plagas a un mínimo.
Además del olor también hay plantas que producen exudaciones radiculares que no favorecen a plagas como nematodos en el suelo. Las exudaciones radiculares modifican la fauna del suelo. P.ej. caléndula y tagetes (marigold) controlan a Meloidogyne sp.; una asociación entre zanahorias, cebollas y poro se protegen contra moscas

Manipulación de la fertilidad. El cultivo en suelos fértiles o una buena fertilización produce plantas vigorosas de rápido crecimiento que son capaces de tolerar los ataques de cierta población de plagas; de otro modo, plantas débiles que crecen en suelos pobres o que no han sido abonadas pueden ser destruidas por el ataque de una población similar de plagas.
El abonamiento correcto ayuda mucho a las plantas en defensa contra los insectos, pero un abonamiento exagerado puede ser peligroso pues las plantas crecerán en exceso con la consiguiente formación de tejidos tiernos que son muy atractivos para muchos insectos y ácaros, p.e. un exceso de nitrógeno en la planta provoca mayores infestaciones de arañita roja (Tetranychus urticae) en diversos cultivos

Uso de tutores. Los tutores permiten que algunas plantas desarrollen hacia
arriba y no hacia los lados, de esta manera se evita el ataque de algunas plagas,en el cultivo de tomate.

Poda y remoción de partes infestadas. Partes de plantas dañadas por plagas, deben ser eliminadas para evitar que estas se reproduzcan e infesten a toda una plantación; esta técnica es útil en el control de diversas queresas de cítricos (queresa coma Lepidosaphes becki y queresa redonda Selenaspidus
articulatus).


Manejo de agua. El manejo del agua de riego puede favorecer o impedir el desarrollo de altas poblaciones de insectos. Los riegos deben darse en forma muy cuidadosa y controlada, evitando los riegos pesados y distanciados. Se recomienda riegos ligeros y más frecuentes con la finalidad de lograr una zona radicular con un adecuado volumen poroso conteniendo suficiente aire y agua de buena calidad. Los volúmenes de agua aplicados deberán estar apoyados en un programa de investigación

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